Daño solar
Las radiaciones ultravioletas son capaces de penetrar en nuestra piel provocando por un lado degeneración de las fibras elásticas, lo que se traduce en arrugas y, por otro, es capaz de dañar el ADN celular, causando mutaciones y finalmente lesiones precancerosas y cáncer de piel. Además se lesiona el tejido conjuntivo que sujeta los vasos y aparecen telangectasias al igual que se altera la respuesta melanocítica y aparecen hiperpigmentaciones e hipopigmentaciones.
El bronceado no es más que la defensa natural a una agresión. Si aparece es que dicha agresión se ha producido pero hemos sido capaces de responder a ella. Con el tiempo esta capacidad se agota y la agresión es mayor. Por eso no debemos exponer demasiado nuestra piel por que llega un momento que sus estragos pasan factura.
Para defendernos mejor del sol hay que utilizar siempre cremas de protección solar con la textura apropiada a nuestra piel (grasa o seca) y también existen productos de efecto antioxidante que se ingieren un mes antes y lo que dura la exposición.
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Piel seca: la piel expuesta al sol puede perder gradualmente la humedad y los aceites esenciales,y adquirir una apariencia seca, escamosa y con arrugas prematuras, incluso en personas jóvenes.
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Quemadura de sol: la quemadura de sol es el nombre común que se le da a las lesiones en la piel que aparecen inmediatamente después de la exposición de la piel a la radiación UV. Las quemaduras de sol leves solo causan enrojecimiento de la piel, que puede ser dolorosa, pero los casos más severos pueden producir pequeños bultos llenos de líquido (vesículas) o ampollas más grandes.
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Queratosis actínica: es un pequeño bulto parecido al papel de lija o un parche escamoso de piel dañada por el sol con tono rosado, rojo, amarillo o parduzco. A diferencia de las marcas del bronceado o quemaduras, por lo general, una queratosis actínica no desaparece a menos que se la congele, se la trate químicamente o la extraiga un médico. Una queratosis actínica se desarrolla en áreas de la piel que han estado expuestas a rayos ultravioletas en repetidas ocasiones o por períodos prolongados, y es una señal de advertencia de un alto riesgo de desarrollar cáncer de piel. Aproximadamente entre el 10 y el 15 % de las queratosis actínicas finalmente se convierten en cánceres de células escamosas de la piel.
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Cambios a largo plazo en la colágena de la piel (proteína estructural): estos cambios incluyen fotoenvejecimiento (envejecimiento prematuro de la piel causado por la exposición al sol) y púrpura actínica (sangrado de los vasos sanguíneos frágiles debajo de la superficie de la piel). En el caso del fotoenvejecimiento la piel desarrolla arrugas y líneas finas debido a los cambios en la colágena de lacapa profunda de la piel (dermis). En el caso de la púrpura actínica, la radiación ultravioleta daña el colágeno estructural que soporta las paredes de los diminutos vasos sanguíneos de la piel. Particularmente en las personas más grandes, este daño del colágeno hace que los vasos sanguíneos sean más frágiles y más propensos a romperse después de un leve impacto.
