Laserliposis
La principal diferencia con respecto a la liposucción tradicional radica en que ésta arranca el tejido graso, mientras que Laserlipólisis lo calienta hasta derretirlo, reduciendo así el trauma tisular y aportando mayor confort y seguridad al procedimiento.
Laserlipólisis consiste en la aplicación subcutánea de dos tipos de energía láser: una para disolver la grasa y otra para generar el efecto de “skin tightening” o retracción de la piel para definir y alisar el abdomen.
Para esta cirugía se utiliza un equipo llamado SmartLipo, que posee una cánula menor que las utilizadas en la lipoescultura tradicional, la cual tiene en su interior una fibra óptica. Esta fibra óptica permite el paso de un haz de luz concentrado que sólo es atraído por tejidos amarillos. Al ser el tejido graso lo único de color amarillo bajo la piel, los otros tejidos quedan inmunes y no se produce pérdida de sangre durante la cirugía por rotura de los vasos sanguíneos. El láser, aumentando su temperatura, transforma la grasa en una sustancia oleosa semilíquida que puede ser absorbida y retirada naturalmente.
Se diferencia además de la lipoescultura tradicional en que puede también aplicarse en tobillos, rodillas, brazos, cuello e incluso el rostro.

Tratamiento.
Se recomienda dejar pasar 72 horas luego de la cirugía para retomar la actividad diaria. El paciente es medicado durante la primer semana, y para optimizar los resultados y acortar los tiempos debe recibir masajes de drenaje linfático, usar faja para afirmar y moldear la nueva silueta y realizar una dieta durante las 4 semanas siguientes a la operación. Recién al mes de realizada la laserlipólisis puede apreciarse el resultado final.
Este tratamiento posee ciertas ventajas: Disminuye considerablemente los riesgos ya que requiere sólo anestesia local. El paciente puede retirarse a su casa en el día, ya que es un tratamiento ambulatorio y sin internación, y conlleva una rápida recuperación, de aproximadamente 3 días (varía según la persona). Produce menor inflamación y dolor postoperatorio, no deja hematomas y conlleva un mínimo riesgo de sangrado, ya que con esta técnica no se lesionan los vasos quirúrgicos. Gracias a la luz del láser sobre la piel, se logra una regeneración del colágeno que mejora la firmeza y elasticidad en la dermis y la pérdida de flacidez. Los resultados se pueden comenzar a apreciar una semana después de la operación aunque hay que dejar pasar más tiempo para conocer los resultados finales. Por último, estos resultados son duraderos: Las células grasas son eliminadas y en pacientes adultos no vuelven a regenerarse ni depositarse en las zonas tratadas.
Una de las mayores desventajas de esta técnica es que sólo pueden extraerse 300 cc. de grasa por cada sesión, mientras que con las técnicas tradicionales de lipoescultura podían extraerse varios litros. Ciertos cirujanos no hacen caso a esta advertencia del fabricante. Asesórese correctamente antes de realizar este tratamiento, no ponga en riesgo su salud.
Como conclusión podemos distinguir que la láser-lipólisis es un gran complemento para las técnicas tradicionales de liposucción, ya que por su limitada cantidad de grasa extraída por sesión, son ideales para el tratamiento áreas del cuerpo donde se acumulan pequeñas cantidades de grasa y no pueden eliminarse con ejercicio físico, como los pechos, brazos, cuello, cara o papada.